Érase una vez, muy lejos de aquí, en un tiempo muy diferente, en la tierra de Arcadia en el continente de Pangea, había una organización forestal. Uno de los trabajos de esta organización era recolectar semillas de los árboles que seleccionaban especialmente y cultivar plántulas especiales a partir de estas semillas para establecer pruebas de progenie. En estas pruebas, intentaron encontrar los mejores árboles en crecimiento midiendo los árboles en crecimiento de vez en cuando, y apuntaron a los bosques de crecimiento más rápido con los resultados que obtuvieron.
Alguien renovó una de las pruebas. Esta prueba se convirtió en una de las pruebas con mayor porcentaje de supervivencia. Con el tiempo, el Silly Man, que estaba sentado en una silla para gestionar estos trabajos, encargó a un matemático que siguiera estas pruebas. El Silly Man es el hombre que no podía entender lo que se hacía en el lugar de trabajo donde trabajó durante 25 años, y no podría no entender aunque trabajara durante otros 25 años. El Silly Man carecía de una inteligencia independiente y un sentido de la justicia, y no conocía la vergüenza. En poco tiempo, ese matemático arruinó las cosas lo mejor que pudo, pero se retiró del límite de edad antes de que pudiera agregar insulto a la lesión. Esta vez le tocó a un ingeniero que pensó que sentarse en un escritorio y ejecutar dos paquetes de software era silvicultura y mejoramiento de árboles.
¿Qué pasó después de todo? Mientras que las plántulas que salían de las semillas que venían volando de afuera a la prueba establecida debieron ser cortadas, la mitad de las miles de plántulas especiales que estaban en la prueba y que no debieron ser cortadas por muchos años fueron cortadas.
Entonces, ¿qué pasó con Silly Man y los otros ingenieros? ¡Nada! Porque en la tierra de Arcadia, los recursos públicos desperdiciados y el tiempo perdido no eran temas importantes en absoluto. El Tonto, quien fue el principal responsable de estos trabajos, y otros ingenieros continuaron sentados en sus asientos como si nada hubiera pasado.
¡Afortunadamente, tal incompetencia e inexperiencia no ocurren en nuestro país, y tales desgracias nunca nos suceden a nosotros! Digamos que tal cosa sucede que está ocurriendo en nuestro país... Se hace pagar a los responsables los daños que han causado, se les imponen sanciones disciplinarias, inmediatamente se les hace volar de sus asientos, y muchos muchos más y etc, etcétera etcétera...
Inspirado en el artículo Merit in Forestry
Yorumlar